El mero se captura con el arte del palangre mayoritariamente en la Comunidad Valenciana, pero también en Marruecos.
Es muy apreciado gastronómicamente por ser firme y sabrosa y se trata de una especie protegida, por lo que no resulta fácil de encontrar. Es un pescado blanco semigraso que aporta proteínas de alto valor biológico.